El detenido por estar acusado de dirigir una organización dedicada al tráfico de droga era muy conocido en la noche tucumana. No sólo tenía o arrendaba centros nocturnos, sino que organizaba recitales de figuras musicales.
“Estamos llegando a Tucumán con la máxima expresión en diversión. Con una gran inversión para que puedas disfrutar de lo mejor en los domingos por la noche”, se puede leer en la presentación del boliche Samilee que funciona en Jujuy al 1.400, en la capital.
Sin embargo, Víctor Hugo Díaz también había estado encargado de encuentros o fiestas en otros centros nocturnos. Uno de ellos, según se pudo establecer en su Facebook, fue el que funciona en avenida Ejército del Norte y Santa Fe. También podría haber tenido participación en otros como el de Mendoza al 800 y uno de barrio El Bosque, entre otros.
En las redes sociales, el detenido publicaba fotos de personalidades que concurrían a sus locales. También contaba con un ejército de promotoras que entregaban tarjetas o recibían a las visitas más importantes de sus boliches. En una de ellas se pueden apreciar a bellas jovencitas abrazando a un efectivo policial en servicio.
El empresario es conocido además por ser nexo de importantes figuras del espectáculo musical. Fuentes del ambiente señalaron que habría auspiciado los recitales de ellos en bailes de carnaval y de encuentros especiales que tienen varios años de vigencia en la provincia.
Aunque desde la Justicia Federal de Santiago del Estero no se informó nada sobre el tema, no se descarta que se inicie una investigación por lavado de activos. La actividad nocturna es, justamente, una de las herramientas más utilizadas para hacer ingresar al sistema financiero fondos generados en actividades ilícitas, como el narcotráfico.